viernes, 25 de septiembre de 2015

El Cuervo


Ya me desahogué y les expuse un libro que a mí me gustaba (Post anterior). Ahora vamos con un clásico para que puedan comentar. Bueno, supongo que no tan clásico… pero es bastante conocido.


Si les soy sincera, este es mi escritor favorito.
No sé si fue la capacidad de asombro de la época la que lo llevó a definirlo como parte del género de terror, pero yo lo clasifico como psicológico. Estamos hablando de un poema escrito en una época donde casi todo era mal visto socialmente y alguien que negaba a Dios era una abominación, poco a poco la sociedad hundió a Poe por estas causas. Lamentablemente esa depresión en la que cayó fue la que lo llevó a escribir historias tan asombrosas y poemas tan hermosos…

A veces pienso que eso es lo que necesitamos en esta época: (no gente depresiva, de esos sobra y aquí tienen a una) necesitamos capacidad de asombro. Creemos que ya lo sabemos todo y juzgamos cosas malas como buenas y cosas buenas como aburridas y por lo tanto malas… pero como un amigo me dijo hace unos días: “no eres quien para juzgar los gustos ajenos” así que mejor me callo (es una expresión)

En fin. A lo que me compete.

Aquí les dejo el poema traducido literalmente (ligeramente adaptado por mí pero solo en algunas palabras), me llevó toda la semana así que espero que les guste. Ahora, ¿Por qué literalmente? Porque, si bien no se aprecia el estilo poético del poema (rimas sobre todo), así podrán comprender lo que este señor nos quiso decir exactamente y cada quien hace sus interpretaciones, como ya les dije, (y si me hacen el favor) léanlo desde una perspectiva más psicológica.
El poema está escrito en verso, de a seis versos por estrofa. Es todo en lo técnico que les puedo decir, el resto véanlo por ustedes mismos.


El Cuervo
Edgar Allan Poe
Un día, al término de una lúgubre medianoche, en que me hallaba cansado y triste,
inclinado sobre un raro y antiguo libro de olvidada ciencia,
cabeceando, semidormido. Oí de pronto un suave golpe,
como si silenciosamente golpearan, golpearan a la puerta de  mi habitación
“Es un visitante –me dije-  golpeando suavemente la puerta de mi habitación.
Eso es todo y nada más.”

¡Ay, que claro  recuerdo de aquel frio Diciembre!
Fantasmas de mortecinas brasas reflejados en el suelo.
Angustioso deseo de un nuevo día; Rogando en vano
a mis libros que den descanso a mi dolor, dolor por la pérdida de Leonora,
la única resplandeciente virgen, llamada Leonora por los ángeles.
Ahora ya sin nombre por la eternidad.

El escalofriante y triste crujido de la seda de las cortinas purpura
me llenaba de fabulosos terrores nunca antes sentidos.
Y ahora, aquí de pie, silenciado el latir de mi corazón, repito nuevamente:
“Hay una visita en la puerta de mi habitación que desea entrar,
una visita en la puerta de mi habitación que desea entrar a deshoras.
Eso es todo y nada más”

Mi alma comenzó a volverse fuerte; y sin más vacilaciones…
“Señor –dije- o señora, le imploro me perdone;
pero la cosa es que estando yo adormilado viniste
y tan silencioso tocaste, tocaste a la puerta de mi habitación,
que apenas creí que le oía” Abrí entonces de par en par la puerta:
Oscuridad y nada más.

Escrutando a fondo aquella negrura, estuve largo rato, asombrado, temeroso,
dudoso, soñando sueños que ningún mortal jamás se haya atrevido a soñar;
Pero el silencio era inquebrantable y la quietud callaba
y la única palabra que ahí se oía, era el susurro de una palabra: “¿Leonora?”
Lo musité en un susurro y el eco me lo devolvió el un murmullo la palabra: ¡Leonora!
Esto fue todo y nada más.

De vuelta en mi habitación mi alma entera se quemaba por dentro.
Pronto oí golpear nuevamente con más fuerza que antes
“Estoy seguro –me dije- estoy seguro que algo ocurre en la reja de mi ventana.
Permítete ver lo que ahí ocurre para que puedas explorar el misterio.
Permítete que tu corazón se calme un momento para que puedas explorar el misterio.
Es solo el viento y nada más”

De golpe abrí la ventana, cuando, con un suave batir de alas,
entró un majestuoso cuervo de los santos días pasados,
sin una pizca de reverencia, ni un momento de silencio,
con con aires de gran señor o gran señora, se posó sobre el dintel de mi puerta,
se posó en el busto de Palas sobre el dintel de mi puerta,
y posado allí se quedó, inmóvil y nada más.


Luego, este pájaro de ébano cambió mis dolorosas fantasías por una sonrisa,
con el grave y serio decoro con que revestía su aspecto,
“Pese a tu mocha y mutilada cresta –le dije- espero que no seas un cobarde,
viejo y horrible cuervo amenazador fugado de la rivera nocturna
¡Dime cuál es tu nombre en la rivera de la Noche Plutónica!
Y el cuervo dijo “Nunca más”

Mucho me asombró que pájaro tan desgarbado, se expresara con tal claridad,
aunque su respuesta significaba muy poco y era poco pertinente.
Es que no podemos más que coincidir en que ningún humano vivo
ha sido honrado solo por ver un pájaro sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia posado sobre el esculpido busto del dintel de su puerta,
con semejante nombre: Nunca más.

Pero el cuervo, posado solitario sobre el  placido busto, dijo solo esas palabras,
 como si derramara toda su alma en aquellas palabras
y nada mas dijo, ni movió una sola pluma,
entonces yo me dije en un murmullo: “Otros amigos se han ido antes,
en la mañana él también me abandonará, como han hecho antes mis Esperanzas”
Y entonces el pájaro dijo: “Nunca más”

Sobresaltado por la calma rota con tan acertadas palabras dichas,
“Sin duda –me dije- lo que dice es todo el repertorio que ha aprendido,
capturado por un amo desdichado quien sin misericordia fue Seguido por una
rápida Desgracia y fue seguido cada vez más rápido hasta volverse un lamento[1],
hasta que las quejas de su melancólica Esperanza se volvieron un lamento
de ‘Nunca más’”

Pero el cuervo logró arrancarme una sonrisa pese a mis tristes fantasías,
coloqué una cómoda silla frente al pájaro, al busto y la puerta;
Entonces, hundiéndome en el terciopelo, empecé a relacionar
fantasía con fantasía, pensando en lo que este antiguo pájaro de mal agüero,
lo que este huraño, desgarbado, horripilante, detestable, antiguo pájaro de mal agüero
quería decir al graznar “Nunca más”

Me hallaba pensando sentado, pero sin decir silaba alguna,
frente al pájaro cuyos ojos como tizones ardientes quemaban hasta el fondo de mi pecho;
Esto y más fantaseaban, con mi cabeza posada
sobre el mullido forro del cojín, iluminado por el resplandor de la lámpara,
pero en ese terciopelo iluminado por el resplandor de la lámpara
¡Ah! ¡Ella no volvería a posarse nunca más!

Entonces, pareció, que el aire se hacía más denso, perfumado por un invisible incensario
mecido por serafines cuyas pisadas tintineaban en la piso alfombrado
“¡Desgraciado –lloré- tu Dios te ha concedido, mediante estos ángeles te ha enviado
a una tregua, tregua de nepente por tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce Nepente y olvida a esa perdida Leonora!”
Y dijo el cuervo: “Nunca más”

“¡Profeta! –yo dije- ¡Objeto del mal! ¡Profeta aun, seas pájaro o demonio!
Ya seas enviado del Tentador, o si la tormenta te arrojó a este refugio
desolado, imperturbable, a esta desértica tierra encantada,
en esta casa embrujada por el Horror, dime, de verdad te imploro,
¿Está… está ahí el bálsamo en Galad? Dime, dime, ¡Te lo imploro!
Y dijo el cuervo: "Nunca más"

“¡Profeta! –yo dije- ¡Objeto del mal! ¡Profeta aun, seas pájaro o demonio!
Por ese Cielo que se dobla por sobre nosotros, por ese Dios que tanto adoramos,
dile a esta alma cargada de dolor, si en el remoto Edén,
podrá abrazar a la santa doncella que los ángeles llaman Leonora,
abrazar a la única y radiante doncella que los ángeles llaman Leonora”
Y dijo el cuervo: “Nunca más”[2]

“¡Que esa sea nuestra señal de partida, pájaro o espíritu maligno! -Grité presuntuoso-
¡Regresa a la tormenta y a la rivera de la Noche Plutónica!
¡No dejes atrás pluma alguna como muestra de la mentira que tu alma ha dicho!
¡Deja mi inquebrantable soledad!  ¡Quítate del busto que hay sobre mi puerta!
¡Aparta tu pico de mi corazón y tu figura del dintel de mi puerta!”
Y dijo el cuervo: “Nunca más”

Y el cuervo, nunca voló, aún está posado, aún está posado sobre
el pálido busto de Palas justo sobre el dintel de mi puerta;
Y sus ojos tienen la apariencia de un demonio que está soñando,
y el resplandor de la lámpara que lo ilumina, proyecta su sombra sobre el piso;
¡Y mi alma, de esa sombra que flota sobre el piso
no podrá librarse… nunca más! 

Algún día haré un post con El Gato Negro


Espero que les haya gustado, no se olviden de comentar para saber que toda la semana traduciendo el poema no fue en balde.

Nota: La verdad estuve leyendo algunas adaptaciones y me parecieron horribles, por eso decidí hacer mi propia adaptación al español




Saludos y gracias por leer.







P.D. Siempre que leo este poema me acuerdo de la canción… hay un disco llamado Legado de una Tragedia donde varios artistas españoles cantan la biografía de Poe (Para los fanáticos del rock estilo Mägo de Oz, Stravaganzza o similares, sobre todo) aquí les dejo el link de la canción por si quieren oírla y ¿Por qué no? Oír todo el disco…






[1] Literalmente “una canción de ánima”
[2] No estoy segura de la traducción de este párrafo.

sábado, 19 de septiembre de 2015

El Maestro Y El Robot

Si eres de los que creía que solo Verne se adelantó en época y escribió sobre el futuro, pues estás muy equivocado amigo(a) mío(a)…

Les presento al señor José A. del Cañizo y su obra “El Maestro y El Robot”. Comienzo por decirles que es literatura infantil… Si, empecé el blog con literatura infantil pero si leen el libro sabrán el por qué. Más allá del mensaje literal que entrega, don José nos habla de una realidad que se busca implantar en nuestro planeta… A pesar de que la historia se escribió al principio de la gloriosa década de los 80’s, tiene cosas que hoy son una realidad, o me dirán que es mentira que hoy no nos vemos las caras por tener en frente un computador o un teléfono… Facebook ha separado más gente que la que ha unido, créanme. Nos hemos olvidado de los diálogos y las acaloradas discusiones en la mesa a la hora de la once mientras veíamos algún popular programa de trivias en televisión… bueno no los aburriré con críticas sociales.

Pastelero tus pasteles.

Es un libro ligero, de no más de 150 páginas dependiendo de la editorial. Trata de un profesor al borde de su jubilación que vive en un pueblo donde solo viven niños y ancianos, los adultos se fueron en busca de trabajo, por ello, los primeros se encargan de todas las labores pesadas del pueblo. Sus pacíficos estilos de vida se ven interrumpidos durante la llegada de un nuevo ciclo escolar en donde, en lugar de la estufa para el invierno que el profesor pedía al gobierno (Chiste del libro) llega toda una remodelación de la escuela y además un nuevo maestro…

¿Quién o qué será? ¿Y cómo será su método de enseñanza? ¡Lean el libro para saberlo!

Espero que les guste tanto como a mí y a mi papá quien fue el que me lo recomendó :D


Nota: ¡Y si quieren ver qué pasaría si los “malos” ganaran vean la película “Una Noche en el Fin del Mundo”! …No, en serio, los “malos” de esa película me recordaron mucho al libro, véanla reirán mucho y se acordarán de mí.

Cualquier opinión, duda o sugerencia será respondida así que no sean tímidos y comenten.
Saludos.